Comunicar es de valientes. Es la frase que me está acompañando desde que hace unos meses, gracias a un amigo, descubrí la fascinante foto que precede a este artículo. Por aquellos días andaba buscando un lema para acompañar la imagen de lanzamiento de CiN Comunicación y al ver la foto brotó sola, se manifestó, sería más acertado decir. Desde entonces, esta frase ha ido encajando como un mecanismo de relojería en todos los proyectos que van surgiendo o se van consolidando. ¿Cómo? Es muy simple.


Comunicar es una obligación en el mundo empresarial, institucional, social; tienes que contar lo que haces, hacer llegar tu mensaje, ofrecer tu producto, vender tu servicio… y cómo lo haces: comunicando. Tienes que competir, convencer, demostrar, evolucionar, crecer, estar en constante movimiento porque si te paras, te estancas, o no das lo mejor de ti mismo, llegarán otros que sí lo harán y te eliminarán de la partida.
Y volvemos al cómo. ¿Cómo se afronta este reto? Demostrando confianza, ambición, seguridad y una dosis justa de osadía. Una característica que cualquiera podría asociar a la definición de valentía. Por eso Comunicar es de valientes.

Este es el primer post del blog y esta explicación no es casual. Es una declaración de principios. Una consultoría de comunicación no está por encima del bien y del mal, no es ajena a los problemas que le plantean los clientes, de ninguna manera; son exactamente los mismos que cualquier empresa puede tener. Y qué mejor manera de demostrar lo que puedes hacer por quienes confían en ti, o pretendes que confíen, que contrastar en tus propias carnes cualquier propuesta o planteamiento que les hagas a ellos.

Comunicar es respirar

El proceso de la respiración es muy simple: coges oxígeno, se reparte por el cuerpo y expulsas dióxido de carbono. La inhalación sería lo que ves, lo que aprendes, lo que piensas. El reparto sería cómo adaptas todo eso a tu organización y, por último, la exhalación sería el mensaje que trasladas al mundo. Tu propia historia.
Sencillo, natural, básico ¿no?… pues ojo a esta última palabra: básico. No hace falta explicar qué pasa si dejamos de respirar pero, preguntémonos, qué pasa si no nos relacionamos, si no contamos lo que hacemos, si no COMUNICAMOS.

Ser consciente de la necesidad vital de comunicar es la primera etapa del proceso, la siguiente es la manera de hacerlo. Existen muchas formas y formatos de comunicar un proyecto, una expansión, la presentación de un producto, la gestión de una crisis, etc. Pero creo firmemente que la mejor manera de conseguir los objetivos marcados es hacerlo de una manera integral, con una comunicación interna fuerte, sólida, integradora y empoderadora, que actúe como lanzadera de cualquier iniciativa de comunicación externa.

Comunicación Interna, la base

En CiN Comunicación trabajamos para generar procesos y estrategias de comunicación interna que se adapten a las necesidades de los clientes. Procesos contrastados, algunos, pero también propios, elaborados en base a estudios y experiencias acumuladas.
La proyección de la imagen y la reputación de una marca, sea cuál sea su actividad, está marcada por la idea que de ella transmitan los miembros de la organización y ese comportamiento se moldea con una activa Comunicación Interna. Y aquí llega la gran pregunta: ¿está suficientemente valorada la Comunicación Interna en las organizaciones? Recurrimos a los datos, un informe del Observatorio de la Comunicación Interna revela que: “Cada vez hay una mayor implicación de la presidencia y del comité de dirección en los proyectos (6%), aunque los departamentos más implicados siguen siendo el de recursos humanos (16%) y comunicación (15%)”. ¿Es mucho o poco?
Yo creo que es poco, pero también percibo que el interés y la necesidad van a más, por eso nos lanzamos a por el reto: más Comunicación Interna-mejor Comunicación Externa.
Porque creemos y por los que creen.
¿Seguís pensando que Comunicar no es de valientes?

Por admin

2 comentarios en «COMUNICAR ES DE VALIENTES»
  1. Absolutamente de acuerdo. Sí, comunicar es de valientes. Y añadiría que también «de inteligentes». En empresas en las que la comunicación interna se produce, se cuida, es ágil y es multidireccional, es fácil ver una mayor implicación de todos los empleados y un mayor orgullo de marca, de pertenencia a la empresa. Comunicar es un acto de valentía porque por supuesto existe el riesgo de tener un desliz, cometer algún error, pero si la maquinaria está ya en marcha y funciona, el día que llega un error éste es muy relativizado por todos gracias a la acumulada sucesión de buenas prácticas. Mucho que ganar y poco que perder. Así que animo a todas las empresas y organizaciones a ser «valientes e inteligentes» y cultivar una buena comunicación interna. Gracias por tu artículo, Carlos.

  2. Afortunadamente se empieza a apreciar cada vez más en nuestro entorno la importancia de la Comunicación Interna, pero aún es necesario hacer mucha labor pedagógica. Lo cuál tampoco es malo porque nos obliga a esforzarnos más en explicar su valor, en crear formatos atractivos, en hacer buenos productos y ser mejores, en definitiva. Todo un reto. Muchas gracias por tu comentario, Javier.

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